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La cultura en España: un privilegio limitado

La Carta Magna española, en su artículo 44, estipula que las autoridades públicas deben fomentar y garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a la cultura. No obstante, en la realidad, múltiples elementos como el nivel de educación, la capacidad económica, la localización, la edad y las habilidades cognitivas influyen considerablemente en el acceso y la participación en las actividades artísticas, situando a millones de individuos al margen del entorno cultural del país.

​La Constitución española, en su artículo 44, establece que los poderes públicos deben promover y tutelar el acceso a la cultura para todos los ciudadanos. Sin embargo, en la práctica, diversos factores como el nivel educativo, el poder adquisitivo, la ubicación geográfica, la edad y las capacidades cognitivas condicionan significativamente el acceso y la participación en las artes, dejando a millones de personas al margen de la vida cultural del país.​

Los datos muestran que el grado educativo y la capacidad económica influyen significativamente en la participación cultural. Quienes poseen estudios universitarios o similares asisten a películas, representaciones teatrales o recitales y leen el doble en comparación con quienes tienen educación básica. Esta disparidad se hace aún más notable, triplicándose, en actividades como ir a museos o exposiciones. Además, las ciudades suelen concentrar más instalaciones culturales, mientras que las áreas rurales enfrentan restricciones para acceder a eventos y recursos culturales, limitando así las oportunidades de participación y disfrute cultural para grandes segmentos de la sociedad.

Diferencias Regionales

La diferencia territorial es otro elemento que restringe el acceso a la cultura. Las ciudades suelen contar con más instalaciones culturales, mientras que las áreas rurales tienen limitaciones para acceder a actividades y recursos culturales. Esta disparidad geográfica reduce las oportunidades de participación y disfrute cultural de una gran parte de la población.

Efecto de la Edad y las Habilidades

La edad es otro factor que afecta la participación en actividades culturales. La mayoría de estas actividades, con la excepción de la ópera o la música clásica, cuentan con su mayor audiencia en el grupo de 15 a 24 años. Pasada esta etapa, el interés por el consumo cultural decrece, especialmente después de los 55 o 65 años, dependiendo de la categoría. Asimismo, las personas con discapacidades o menor desarrollo cognitivo enfrentan obstáculos adicionales que restringen su acceso y disfrute de las manifestaciones culturales.

Estrategias para la Inclusión Cultural

A pesar de estas inequidades, hay esfuerzos que intentan abrir el acceso a la cultura para todos. Por ejemplo, la entidad Adonar en Valencia se dedica a fomentar la inclusión y la diversidad en el ámbito artístico, ofreciendo programas que acercan la cultura a las comunidades marginadas. De igual manera, la iniciativa La Zamarra en La Rioja promueve el activismo sociocultural y el desarrollo en áreas rurales, llevando propuestas culturales a las regiones menos beneficiadas.

La Función de las Políticas Públicas

El Papel de las Políticas Públicas

Las políticas públicas desempeñan un rol crucial en la promoción de la igualdad cultural. La Dirección General de Derechos Culturales, por ejemplo, tiene como objetivo diseñar y desarrollar políticas que fomenten la diversidad cultural y la participación de la sociedad en procesos de creación y dinamización cultural. Sin embargo, la persistencia de desigualdades en el acceso y la oferta cultural indica que aún queda mucho por hacer para garantizar que la cultura sea verdaderamente para todos.

By Ezequiel J. Iriarte

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