Los humanos conocemos ya millas de planetas en torno a otras estrellas. Los llamamos planetas extrasolares, o exoplanetas, y para encontrarlos hemos aplicado técnicas que podrían estar al alcance de supuestas civilizaciones extraterrestres. Una especie alienígena con recursos parecidos a los nostros ¿podría detectar o haber detectado la Tierra?
Supongamos que podria conocer el metodo de la velocidad radial. ¿Darian con nosotros?
Los ‘jupiter calientes’
El primer planeta extrasolar en torno a una estrella normal se encontró en 1995 y dejó perpleja a la comunidad astronómica.
El planeta de la estrella 51 Pegasi inauguró la categoría de los “Júpiter Calientes» as world gigante y masivo (diámetro doble al de Jupiter y la mitad de su masa), pero situado a una distancia de su estrella que ronda la séptima parte de la que media entre Mercurio y el Sol. Cabía esperar que en el universo hubiera planetas grandes como Júpiter, pero nadie los esperaba tan pegados a sus estrellas.
En estas características la clave está en su detección.
Un exoplaneta es más fácil de hallar cuánto mayor sea (en diámetro o en masa) y cuánto hay alrededor de su estrella. El planeta de la estrella 51 Pegasi es conocido hoy como dimidiomeentras que su estrella recibe el numero de helvético.
En contraste con este primer júpiter caliente, la Tierra es un minúsculo mundo que sigue una órbita mucho más alejada del Sol. Para una civilización dotada de una tecnología semejante a la nuestra, ¿sería viable detectarla?
luz cegadora
La detección directa de la Tierra, a través de la luz reflejada, queda descartada. Las órbitas de los planetas que pueden haber en torno a las estrellas se muestran minúsculas vistas desde lejos. Esto destruye la posibilidad de distinguir la Tierra con medios parecidos a los nuestros si necesita hacer gracias a la radiación que refleja, porque se pierde entre el fulgor del Sol. . La estrella aparece en el centro afectado por artefactos causados por el sistema empleado para atenuar su brillo aparente, mientras que los dos planetas aparecen abajo a la izquierda, alineados. Los otros puntos son estrellas de fondo. La proeza es posible en este caso porque la estrella está alrededor del Sol, y sus planetas son enormes y están muy alejados de ella. ESO/Bohn et al.
Heno casos muy contados de exoplanetas captados de manera directa por luz reflejada, en situaciones muy favorables y mediante tecnicas completas. Pero no existe ni la más mínima posibilidad de dar con la Tierra con esos recursos a través del espacio interestelar.
A los alienígenas los ciegos la luz solar, así que deberán recurrir a métodos indirectos.
Consideremos el radial de velocidad, el condujo en 1995 al hallazgo de Dimidio.
“Bamboleo, bamboleo…”
Olvide todo lo aprendido en la escuela, porque es falso que la Tierra gire alrededor del Sol. No vamos a decir que la Tierra sea plana (quizá dejemos esa sorpresa para otro artículo), pero sí debemos aclarar que no es verdad que el Sol esté en el centro de la órbita terre, ni siquiera en uno de sus focos si la consideramos una elipse.
La física clásica enseña que tanto el Sol como la Tierra se mueven a lo largo de un año, y lo hacen ambos en torno al centro de masas comunes del sistema que conforme.
Por supuesto, el contraste de masas entre la Tierra y el Sol es tan enorme que ese “centro de gravedad” cae muy cerca de la estrella, tanto que… ¡yace en el interior de la esfera Solar! Pero lo importante es que no coincida con el centro del astro luminoso. Por lo tanto, el Sol, por tener la Tierra a su lado, experimentó con un cierto bamboleo. Esto le ocurre a cualquier estrella con planetas y los primeros planetas extrasolares, entre ellos Dimidio, será descubierto gracias a este efecto. El reto consiste en que este bamboleo reflejo de las estrellas se produce con velocidades minúsculas.
Tanto el planeta como la estrella se mueven en torno al centro de masas comunes. En consecuencia, la estrella ejecuta un movimiento de vaivén en cada órbita planetaria.
La estrella Helvetios se movió en un viaje de más de 200 kilómetros por hora cada cuatro días, como respuesta a la atracción de Dimidio. Non es una rapidez astronómica, pero sí más que considerable a escala humana. Tanto, que aplicó un automóvil nos valdría una multa más que merecida por exceso de velocidad. La velocidad refleja de una estrella se reduce para planetas lejanos y para planetas ligeros.
Considere los ejemplos de Sistema Solar:
Mercurio, a pesar de su cercanía al Sol, es tan ligero que bambolea la estrella a miserable milímetro por segundo. En el extremo opuesto, la plusmarca la ostenta Júpiter, que induce un movimiento de reflexión solar de más de 12 metros por segmento, unos 60 kilómetros por hora, la velocidad de un ciclomotor en carretera.
El movimiento reflejo del Sol debido a la Tierra aumenta a tan solo un tercio de kilómetro por hora: no alcanza diez centímetros por segundo.
Medir la velocidad a través del cambio de color
Para detectar el movimiento reflejo de las estrellas dotadas de planetas se recurre al efecto Doppler. La luz estelar se descompone además de los constituyentes y se compara con una fuente de luz en reposo, donde permite detectar cambios de color de luz en la radiación provocada por la velocidad de la estrella en su vaivén periódico. Proceder requiere medidas muy precisas, repeticiones y distribuciones en la longitud de un intervalo de tiempo que varía con el período orbital del planeta.
Astronomy ha alcanzado el limite fiscal fiscal por l’agitación de la propia estelar fotosfera, que sitúa la precision plus en el entorno de un metro por segundo, algo menos de 4 kilómetros por hora.
In lo que se refiere al tiempo necesario para detectar la señal debida al planeta, para Dimidio podría bastar tomar datos a lo largo de una semana, pero detectar la Tierra requeriría a mínimo de dos años de observación, mientras que par Jupiter se necesitaría casi un plaza del siglo.
Al filo de lo imposible
Están en desarrollo técnicas ultrasofisticadas, extremadamente astutas, que aspiran a mejorar la precisión del método Doppler hasta el umbral de varios centímetros por segundo. Hay espera que esto pueda registrarse con los telescopios extremadamente grandes dentro de las próximas décadas.
Por lo tanto, encontrar planetas como la Tierra en torno a estrellas similares al Sol podría estar al límite de lo posible hacia mediados del siglo XXI. Podríamos esperar lo mismo de una civilización extraterrestre similar a la nuestra.
Detecting the Tierra por el método de la velocidad radial sería una técnica muy difícil para alienígenas que estarían a la par que los humanos en desarrollo tecnológico, algo al borde de lo imposible.
El método Doppler ha permitido detectar planetas parecidos en algunos aspectos a la Tierra, pero siempre alrededor de estrellas mucho más ligeras que el Sol, porque un mismo planeta es capaz de causar un reflejo de bamboleo más intenso si, en igualdad del restaurante de condiciones, se coloca junto a una estrella menos masiva.
noticias relacionadas
El método Doppler parece poco prometedor, demasiado al límite para que nos decubran los extraterrestres. ¿Qué podemos decir de otros enfoques? Si nuestro plantamos la posibilidad de descubrir la Tierra desde otro sistema planetario con el método de los tránsitos, ¿darían con nosotros?
Este artículo fue publicado originalmente en La conversación. leah el original.